Los días, 15, 16 y 17 del pasado mes de Abril, tuve la oportunidad de poder disfrutar de una gran prueba de tral running en la Comunidad de La Rioja; la Segunda Edición de la Rioja Wine Ultratrail, que se compone de tres etapas: una primera etapa contrarreloj con un total de 13’500 km, una segunda etapa de 26 km y una tercera etapa que en principio era de 54’42 km pero hubo que reducirla a 42 km por exceso de nieve en diversas zonas del recorrido, pero aumentando su dificultad pues se vio acrecentado el desnivel positivo del recorrido.
La Rioja es una comunidad hacía la que tengo mucho apego, pues he pasado allí grandes momentos de mi infancia, esta era una prueba a la que el año pasado no pude acudir por otros compromisos y tenía claro que este año no me la iba a perder; además cada una de las etapas recorría zonas muy significativas en mi infancia y donde había pasados muchos de los mejores momentos con mi gran amiga María Lacalle, quien es como una hermana; así que durante la prueba hubo momentos en los que no podía evitar una sonrisa, rememorando viejos tiempos, en los que hacíamos alguna de nuestras pequeñas travesuras.
La cosa iba a ser un poco complicada, pues había comenzado una nueva etapa en mi vida; no hacía ni dos semanas que había empezado a utilizar la bomba de insulina y claro, dada la cercanía de la prueba aún era muy pronto para tener fijados todos los ratios, basales etc… que debía ir ajustando cada día de la competición; por si todo esto no era ya suficiente, justo un día antes de la prueba la gripe hizo su aparición, no pudo elegir mejor momento la simpática, noche del jueves al viernes con fiebre y pensando que por nada del mundo quería perderme esta prueba. Este iba a ser mi primer contacto con una prueba de trail por etapas de cara a ir tomando contacto con este tipo de carreras el objeto de preparar la Gpre Tex Transalpine Run 2017, uno de mis grandes sueños, y para la que estoy buscando sin descanso algún patrocinio que me ayude un poco a conseguirlo.