Se despertó a las 8h, y su glucómetro marcaba 168 mg/dl. Desayunado y con la insulina rápida correspondiente administrada, Pablo revisa el material antes de dirigirse a Valladolid, donde se disputaba la prueba: zapatillas, ropa para calentar, la indumentaria de competición, algunas barritas, geles, fruta, y un tentempié previsto para el post de la carrera. Una vez completados los 145 kms que le separaban de la localidad pucelana, aprovechó el tiempo del que disponía antes de la salida para familiarizarse con el circuito, saludar a los compañeros, realizar un nuevo control (180 mg/dl), y comenzar el calentamiento que lo acercara a la concentración que requiere la competición.