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Salvador Soto en la V CxM Nutrias Pantaneras

18 Apr, 2015 / 0


El domingo 21 de Marzo, nuestro imparable deportista Salvador Soto, disputó por segunda vez la carrera por montaña organizada por el club “Nutrias Pantaneras” en la localidad de Ubrique. Tuvo que darse el madrugón, debido a que el evento comenzaba a las 9:00h de la mañana. Tenía que estar en el corralito de salida a las 08:30h , llegar al lugar en 1 hora y media aproximadamente y recoger la bolsa del corredor, así que antes de las 6:00h, había que despertar.


En esta ocasión, quiso probar algo diferente a los últimos evento: comenzar con una glucemia elevada, así que la noche anterior se puso la misma dosis de insulina pero realizó una cena más abundante de lo normal, compuesta de un sándwich de pollo completo y una buena ración de arroz cocido con verduras. Por la mañana se despertó con 248 mg/dl, aunque era temprano y aun tenía insulina en el organismo, con lo cual debía bajar. En principio es lo que quería, pero quedaba la dosis de la mañana y el desayuno.

Al llegar a la localidad gaditana, recogió la bolsa del corredor y fue a desayunar. La glucemia, como había previsto, estaba en 198mg/dl,  así que se puso la dosis habitual de insulina y desayunó con normalidad: un cola cao y una tostada con mantequilla y mermelada (con azúcar).

Después de unas instrucciones previas en el corralito, a las 9:00h se dio el pistoletazo de salida. Bajo una intensa llovizna, el día se preveía bastante malo al igual que el recorrido, dado la cantidad de agua caída durante toda la semana y a la tecnicidad del terreno.
Los primeros kilómetros se recorrieron por las calles del pueblo, con algunas pendientes, seguidas de otra que desembocaba en unas escaleras, donde comenzaba la primera gran subida (un tramo con un desnivel por encima del 40%, en el que había que utilizar, piernas y manos a la vez)

En este punto y, al poco de comenzar (apenas 2 kilómetros), lo primero que vino a su mente fue la idea del abandono. Comenta, que cree que es la primera vez que le pasa por la cabeza el abandonar una competición, pero las condiciones no jugaban a su favor, ya no paraba de resbalar y las zapatillas no agarraban debido a la piedra mojada y al barro. Intentó llegar al primer avituallamiento para terminar allí pero, finalmente, y después de pensarlo mucho, decidió que su carrera había acabado y, que al menos, ahora su objetivo sería terminarla sin lesiones y poder disfrutar de tan maravilloso recorrido.

En el kilómetro 13, aproximadamente, se elevaba de nuevo el terreno en las proximidades del pueblo. Era una subida de gran desnivel donde las fuerzas empezaban a flaquear. Debido a ello, Salva tuvo que tomar un gel de glucosa y una barrita energética para poder afrontarla. Se hizo muy larga.

Una vez superada ésta, le siguieron bajadas técnicas que desembocaron en un barrizal en el cual, los pies casi se pegaban, literalmente, al suelo y había que tener especial cuidado con las piedras ocultas para evitar torceduras.

El grupo de rescate de bomberos del pueblo, tuvo que intervenir en alguna ocasión, debido a lesiones de algunos de los participantes. Fue una gran labor y con mucha dificultad, ya que debían trasladar a los corredores desde las zonas de lesión hasta la evacuación.

Casi finalizando el recorrido, tuvieron que cruzar un rio, ¡lo que faltaba para que se remojaran un poquito más! , continuando por un tramo de calzada romana. Como se suele decir, un parte tobillos puro y duro. Después de esto, ya quedaría muy poco para alcanzar la meta….

Finalmente, en un tiempo aproximado de 4 horas y 28 minutos y después de más de 20 kilómetros ( ya que se perdió en alguna ocasión) llegó a la meta, donde le esperaba una buena ducha, el último avituallamiento, y una fiesta final con comidas y bebidas incluidas, sorteos y entrega de premios. La glucemia al acabar, era de 74mg/dl, cosa que se soluciono rápidamente con un buen plato de callos y bebida isotónica.

Gracias Salva por compartir una vez más tus experiencias y demostrar que con esta “mochila” no hay límites.

Por Antonio Martínez.