10 Feb, 2019 / 0
Fue un día perfecto en el que poder conjugar el deporte para mantener la glucosa en rango, con la colaboración en proyectos humanitarios y… mira por donde, derrotamos a la diabetes. A pesar de haber intentado enseñarme su peor cara nada más levantarme, no le di opción: el domingo era para disfrutar y correr por una causa, por lo que le planté cara y le dije: ¡¡¡hoy no me amargas el día!!! Así que, no se en que kilómetro, se quedó atrás y yo en segundo puesto de la clasificación femenina, llegando a correr con una estupenda cifra que me permitió con tranquilidad tomar de postre un trozo de pastel ese día.
Por Moisés Ávila